Lo que nunca te contaron sobre la auténtica comida china.

Una de las muchas cosas que tengo que agradecer a mi trabajo es el haber podido viajar a menudo a China. Estos viajes han dado lugar a numerosas anécdotas, muchas de ellas relacionadas con la comida.

Siempre cuento la vez que comiendo en la fábrica me “homenajearon” con una deliciosa tortuga. ¡Oh, Dios mío, cuándo la vi! Fui corriendo a por la cámara, para documentar el suceso. Y aquí está la comida en sí: bambú, revuelto de ajetes, pak choys -esa especie de acelga-, pollo con setas y tortuga.

Lo mejor vino cuando levantaron el caparazón y expusieron el interior de la tortuga. El olor que me vino de repente fue lo más fuerte y nauseabundo que recuerdo, puede que sea comparable a la experiencia de los no iniciados al queso cuando son expuestos al olor del Cabrales o Raclette.

Simultáneamente no me podía recomponer de la visión. Un montón de palillos se lanzaron sobre los riñones, higadillos, pulmones, corazón y demás partes. Los comensales estaban alborozados y no dejaban de escarbar en las entrañas de la tortuga en busca de un bocado. Al final, sólo quedaron las patitas de la tortuga, con sus uñitas, que recuerdo perfectamente, y la cabeza intactas.

Como contaba, cuando viajo a visitar producciones, es normal que coma en la fábrica, con la gente de la oficina. Esta comida que os enseño es cocina tradicional y auténtica. Lo que comen, en su día a día, en China. 

La disposición es un montón de platos que se comparten al centro, se acompañan estos platos con un cuenco de arroz y otro de sopa, que se toma al final a modo de bebida, para que el alimento baje.

En aquella ocasión no pude probar bocado, quizá un poco de arroz y bambú para no desairar a mis anfitriones, pero todo el mundo me dio las gracias, porque ese día, y en mi honor, hicieron tan codiciada exquisitez.

¿Quieres conocer más curiosidades sobre la cultura china? No te pierdas esta divertida visita a un restaurante chino.