Siempre me ha gustado la fachada de este restaurante, cercano a la Plaza de Ópera. Entre Suspiro y Suspiro es un restaurante mejicano, pero alejado de ese estereotipado mundo de colores saturados.
La iconografía es obviamente mejicana, pero ofrecida de una forma refinada y elegante, un sitio que no te defraudará si sabes valorar el continente y el contenido.
Un lugar que puedes elegir sin equivocarte para una cena íntima o una ocasión especial.
Como era la primera visita al restaurante, probamos dos clásicos mejicanos: cochinita pibil y pollo al mole. De entrantes unos margaritas de mango con chile y unos tacos del pastor de pato.
La cochinita pibil es una receta tradicional que tiene como base el cerdo, asado bajo tierra lentamente (aunque no en este caso), envuelto en hoja de plátano. La salsa es una base de achiote y se sirve con cebollas moradas maceradas. En nuestro plato la hoja de maíz evoca las originarias hojas de plátano y se acompaña de forma clásica con la cebolla morada, guacamole y arroz.
El mole es otra receta ancestral azteca que suele hacerse con un ave en una salsa de chocolate negro y un sinfín de especias. Al chocolate se le une puede unir el chile, plátanos macho, cebollas, tomate, ajo, frutos secos, canela, clavo, ajonjolí o cualquier otro ingrediente. En la carta de este restaurante, sirven pollo en un mole hecho de treinta y dos especias y arroz. Lo acompañamos con unas tortillas de maíz.
Taco del pastor, de pato. |
Pollo al mole. |
Cochinita pibil. |
Margarita de mango y chile. |
La cocina es muy recomendable, el servicio perfecto y el lugar muy destacable. Por ponerle un pero, decir que la iluminación nocturna no me gusta. Tiñe todo de un color morado casi espectral, y desvirtúa la esmerada decoración del restaurante y la combinación cromática de los platos.
ENTRE SUSPIRO Y SUSPIRO
Calle de los Caños del Peral, 3
28013 Madrid - España
Tel.: +34 915 42 06 44
la cochina pibil o cerdo achiotado, es un plato de Yucatán; aquí lo comen a diario en desayuno, almuerzo o cena. A mi me gusta, pero una vez al año. ...puesto que los niveles de colesterol suben como la espuma del champagne
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