No, esta vez no hubo tortuga, pero si dos variedades de crustáceos. Otro plato consistió en unos bivalvos con jengibre y chile que os tengo que contar la receta cualquier día de estos, porque es fácil y realmente sabrosa.
El pescado dio mucho juego, porque gracias a él he incorporado una palabra más a mi vocabulario chino. Pez en chino se pronuncia “iiiii” como si estuvieran aspirando hacía dentro mientras lo pronuncias. La verdad es que se te queda la boca con forma de pez, debe ser por eso que los chinos lo llaman así.
En fin, de mis andanzas chinas poco más os cuento, que doy las gracias a mis anfitriones por lo bien que me cuidan, lo mucho que se preocupan por mi y por todo lo que he aprendido y compartido con ellos. Y por último, doy las gracias porque entre tanto “ajetreo parisino” he vuelto y eso es lo importante, para reencontrarme con los míos alrededor de una buena mesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario