No es una novela, sino varios capítulos que hablan de las diversas vicisitudes de los que cocinamos siguiendo las recetas de otros.
Un libro que se puede leer del tirón mientras sonríes y te reconoces abiertamente entre sus páginas. Me hubiera gustado degustarlo con un buen té y un trozo de bizcocho una tarde invernal arropada por mi mantita. En vez de eso estoy aterida de frío en el avión, tapada por dos mantas azul chillón que producen demasiada electricidad estática y una cena que me resulta insoportable (entre nosotros, y ahora que no nos lee nadie, no hay nada que deteste más que esta comida de avión ¡Nada! Si acaso que el libro no me dure todo el trayecto…) En fin, me dedicaré a escribir esta reseña.
Julian Barnes
Publicado por ANAGRAMA
Colección Compactos
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